Un grupo de rescate estadounidense recibió una llamada sobre una perra de Irán. Sabían que estaba paralítica debido a una fractura de columna, pero no tenían mucha más información sobre ella. El grupo de rescate se puso en contacto con Tedi para preguntarle si podía acoger a Pani. Ella dijo que sí, pero Tedi no tenía ni idea de qué esperar.
Desde el momento en que Pani llegó a su nuevo hogar de acogida, Tedi se dio cuenta de que era muy tímida. Se mostraba cautelosa en todo momento del día. Incluso dormía, o descansaba, con un ojo abierto. No se fiaba de nada ni de nadie, lo cual tenía mucho sentido, ya que había pasado toda su vida en la calle.
Como callejera, Pani tuvo que luchar por sobrevivir y le costó entender que ahora estaba a salvo. No importaba lo que Tedi intentara, Pani no podía relajarse. No dormía y luchaba por mantenerse despierta 24 horas al día, 7 días a la semana. Como dice Tedi en el vídeo siguiente: «Quería dormirse y no se dejaba»
Pero Tedi estaba lejos de rendirse con la dulce perrita. Se dio cuenta de que había sufrido mucho. Matriculó a Pani en fisioterapia, que le ayudaría a aumentar su movilidad. A Pani le encantaba meterse en el agua, donde sus limitaciones no la frenaban.
A Pani también la equiparon con una silla de ruedas. Podía correr con correa como un perro «normal» y esto aumentó enormemente su confianza. Cuando se convirtió en una experta sobre ruedas, Pani ya no quería salir a pasear. ¡Le encantaba! Mira qué sonrisa!
A pesar de todos sus logros, Pani seguía teniendo problemas para dormir. Cuando un perro duerme, es cuando es más vulnerable, y Pani lo entendía. Su madre adoptiva hizo todo lo posible por calmarla, pero aún así haría falta tiempo y confianza. Tedi le explicó que, con pasitos de bebé, al menos conseguiría que Pani se tumbara a los pies de la cama y descansara.
Con el tiempo, Pani volvía a subir a Tedi en la cama. Y en poco tiempo, estaba junto a ella, pidiendo que la acariciara. El afecto de Tedi hizo maravillas en la nerviosa perra. Hicieron falta tres largos meses de perseverancia, pero ahora Pani duerme cómodamente boca arriba, la posición más vulnerable para un perro.
Con todo este esfuerzo, Tedi estaba petrificada por lo que pasaría después con Pani. ¿Sería capaz su familia definitiva de hacerla sentir tan segura que realmente pudiera dormir? Tienes que ver lo que sigue en esta gran historia. Estamos muy agradecidos a los grupos de rescate y a las familias de acogida. Gracias por todo lo que hacéis cada día por los perros necesitados!