La niña rescató a un perro grande del mercado. Nadie le quería, aunque él quería calor y felicidad.

Este hogar posee un perro enorme, así como su historia comenzó en el exterior de un edificio de varios pisos. Una jauría de perros hostiles atacó a un guardián alemán, y éste no pudo protegerse.

Sin embargo, el compañero de la mujer no se preocupó por defender al animal guardián y, agarrando una tabla, se dispuso a eliminar a los temidos mestizos ladradores. Cuando el pastor fue rescatado, la señora abrazó al gran perro de compañía y gritó: «¡Dolph!»

Así que el perro pastor, que en realidad había aparecido en la calle, consiguió su etiqueta y encontró una familia y unos amos cariñosos. El hombre que protegía a este tipo grande y desgreñado lo quería mucho. Lo metió directamente en su vehículo y lo llevó a la clínica veterinaria.

Tras examinarlo, resultó que el perro estaba enfermo, y también que sólo había que alimentarlo eficazmente. Llevaron al perro a su residencia campestre, donde Dolph se mostró encantado, correteando por el inmenso césped.

Ahora, miembro de pleno derecho de la familia, recorre el país con sus amos y disfruta especialmente pescando y degustando suculentos pescados.

También tiene una gran cantidad de pelo, por lo que los dueños tuvieron que adquirir 2 robots aspiradores simultáneamente, para limpiar su casa del pelaje del peludo.

Dolph ha acabado siendo un verdadero amigo para el bebé. Juegan el uno con el otro y también duermen aceptándose mutuamente. Dice que vivirá con Dolph incluso cuando madure.