Luis Pereira nació en Sintra, Portugal, y fue abandonado por sus padres cuando tenía cuatro años. Más tarde fue adoptado, pero la experiencia de vivir en la carretera le llevó por un camino muy oscuro. Desgraciadamente, Luis desarrolló una adicción y su madre adoptiva lo echó a la calle.
Luis conoció a Kika, su querida perrita, cuando sólo tenía dos años. Kika dio a Luis muchas alegrías, pero también le trajo algunas dificultades. Aunque ha recibido invitaciones de varios refugios y grupos, cada una de estas ofertas viene con una condición estándar: Luis debe abandonar a Kika, cosa que no puede hacer.
El hombre sabe lo que es ser traicionado por la persona a la que amas, y no dejará que Kika pase por lo mismo. Luis se negó a ir a un refugio porque no admitían perros por razones sanitarias durante la pandemia en invierno, donde sobrevivieron a las fuertes lluvias bajo una tienda de campaña.
Luis asegura que es gracias a Kika que ha madurado como persona; ella es su responsabilidad, y no puede permitir que le oculten nada porque debe vigilarla y protegerla.
El chico tiene un grave problema respiratorio, que le presiona; a pesar de su malestar, no tiene intención de abandonar a Kika. ¡La devoción de Luis por Kika es admirable! Les deseamos suerte a los dos.
Publicado originalmente en: doginspiration.com