Un hombre salva a una loba atrapada en una trampa; cuatro años después, ella le salva la vida a él

Mientras paseaba por el lejano norte, un hombre se encontró con una loba herida. Al darse cuenta de que la loba necesitaba su ayuda, la salvó. Poco sabía entonces que un día en el futuro, ella también le salvaría a él.

La historia comenzó cuando un hombre caminaba por un bosque. De repente, se encontró con un lobo enorme. Muerto de miedo, se detuvo. Tardó un momento, pero pronto se dio cuenta de que la pata del lobo estaba atrapada en una trampa.

Se acercó al lobo exhausto y herido. Se dio cuenta de que estaba llena de leche y debía de tener cachorros cerca. Quiso liberarla de la trampa, pero a pesar de su estado, ella no quería.

Sin saber qué más hacer, partió en busca de su guarida con la esperanza de ayudar a sus cachorros. Una vez que encontró la guarida, llamó a los hambrientos cachorros, que finalmente abandonaron la seguridad de la guarida. Cogió a los cachorros, los metió en una bolsa y se los llevó a su madre.

La loba olió inmediatamente a sus cachorros y los llamó. Los cachorros encontraron a su madre herida y pronto la amamantaron. Sabiendo que su madre también necesitaba comida, el hombre cogió un ciervo muerto que había visto en el camino y se lo llevó a la loba.

Sabiendo que la loba tenía comida suficiente para mantenerla unos días, el hombre acampó cerca mientras consideraba sus opciones para liberarla. Por la mañana, descubrió a los cachorros en su campamento jugando bajo la mirada de su madre.

Esto le dio una idea; tal vez podría ganarse la confianza de la loba con sus cachorros. Comenzó a acercarse a la loba, a hablarle, a alimentarla, hasta que finalmente le permitió acercarse a ella. Finalmente, pudo liberar su pata de la trampa.

En lugar de huir, la loba mostró su gratitud llamando al hombre e invitándole a seguirla al bosque. Allí vio a su manada, compuesta por otros 8 lobos, que le saludaron con aullidos.

Pasó algún tiempo observando a la manada hasta que llegó el momento de marcharse. La loba y sus cachorros le siguieron un momento, como despidiéndose. Sin embargo, su historia no había terminado.

Cuatro años después, el hombre regresó al bosque. Visitó el lugar de la vieja trampa y regresó a donde vivían los lobos. Allí se encontró con un enorme oso que le persiguió hasta un árbol. Temiendo por su vida, el hombre no sabía qué más hacer, así que llamó a los lobos.

Para su gran alivio, los lobos vinieron corriendo y ahuyentaron al oso, salvándole la vida. Una vez que el oso se hubo ido, todos los lobos se marcharon excepto uno. Reconoció que era la misma loba a la que había salvado una vez. Ahora ella le había salvado a él. Nunca más volvió al bosque, pero se aferró a los increíbles recuerdos de sus encuentros con los lobos.

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